jueves, 24 de noviembre de 2016

Homenaje a Valeriana Alles


Ya era hora de reconocer el valor y la firmeza de Valeriana. El tiempo va pasando y no podía esperar más, recibí su testimonio y por ello compartimos un largo transitar por diferentes instancias de la justicia. Hoy, cerrado ya el proceso, que ella no vio culminar, que valida su voz y mi trabajo, aprovecho el texto de una amiga para brindar un homenaje a su memoria:

A veces el tiempo no pone las cosas en su lugar, uno que remueve el miedo y el silencio.

Valeriana nació y murió en Bejes. Su vida estuvo marcada por la montaña, el verde y la niebla. Marcada por el miedo y el silencio. Un silencio terrible de años de guerra y postguerra. De violencia, de odio y de tiempo enterrado.

Nunca la pudieron enterrar en vida. No le pudieron obligar a olvidar, ni a negar la verdad que ella vivió rodeada de miedo, de rabia... de sangre... de tortura.

Aún así y en democracia, a Valeriana no le permitieron envejecer en paz. El juez, el forense, la universidad... sabe el porqué.

Intentar explicar como las mujeres de Picos de Europa vivieron la Guerra Civil es difícil. Ellas no tuvieron amaneceres guerrilleros, ni exilio, ni luego placas, páginas de historia escritas, congresos, homenajes... Ellas no. ellas tuvieron otras cosas y luego silencio. Ellas siguieron allí a pié de los Picos; trabajo; represión; hijos... miedo.

Valeriana contó lo que tenía que contar. Habló de crueldad, habló de años de impunidad e indecencia. Y murió reafirmando como fue su vida. Nadie podrá negar que vivió lo que contó. Nadie. Y en eso radica la dignidad. Otros tendrán la fuerza, pero ella poseía una verdad dura y heredada. Una verdad que fue escuchada, compartida, contrastada, escrita... para que todos recordemos el tiempo oscuro, injusto y terrible de la Guerra Civil.

No podemos prolongar este miedo, esta duda sobre los ancianos que ya lo sufrieron. Es doblemente cruel e injusto. Solo quieren paz. Esta paz no puede edificarse sobre miedo y mentira. Solo hay un camino: reconciliarse con la verdad sea la que sea. Sólo la verdad no hará libres.


¡Gracias Valeriana!