lunes, 23 de abril de 2012

Trabajo Forzado en el Tunel de la Engaña

«Los obreros del túnel éramos tan jóvenes que aún duelen las muertes»

Matías Sainz estuvo en La Engaña con los presos republicanos en 1942 y allí seguía en 1961, cuando acabaron los trabajos en el tramo

Diario Montañés.15.04.12 - 00:08 -
«Los obreros del túnel éramos tan jóvenes que aún duelen las muertes»
Matías Sainz López, junto a la boca sur del túnel de La Engaña y la cementera en el que trabajó durante muchos años. / T. C.
«Fueron los penados los que comenzaron a construir el túnel de La Engaña en 1942. Siempre los llamaban así, no usaban la palabra presos. Días después de empezar ellos, el encargado, Francisco Martínez, nos dijo que se iba a organizar una brigada de libres y otra de penados. Y así fue. Trabajábamos juntos divinamente. Nunca hubo un problema. Yo tenía 18 años. Allí, el que más tendría 24 o 25, excepto dos presos que andaban por los 40», recuerda, a sus 89 años, Matías Sainz López, que se incorporó a las obras en 1942 y seguía allí en 1961, cuando concluyeron.
La juventud de aquellos obreros acrecentaba el dolor de ver cómo sacaban por la boca del túnel a los que morían aplastados por una roca o en otro tipo de accidentes menos frecuente. «Me acuerdo sobre todo de Torcuato y del otro joven, pero fue una pena tan grande que no quiero recordarlo porque me da mucha tristeza», se lamenta Matías.
Torcuato y el otro joven, que se llamaba Ignacio, murieron en 1957 en una explosión. El equipo de ensanche olvidó hacer la señal luminosa que indicaba desalojo y la detonación del barreno los pilló de lleno. Nunca se ha sabido con certeza el número de fallecidos en el túnel, pero la empresa Portolés dio en 1959 la cifra oficial de 16 víctimas mortales.
Bajo la vigilancia de los guardias, los prisioneros republicanos de los destacamentos penales del franquismo acometieron entre 1942 y 1945 las tareas más penosas del tramo del ferrocarril Santander-Mediterráneo entre Pedrosa de Valdeporres y Vega de Pas, que eran, precisamente, las del calado del túnel. «Lo primero que construyeron fue la galería pequeña». Matías se refiere a la galería de enfilación, que hoy sigue intacta. Este conducto se sitúa a la derecha de la boca burgalesa y sirvió para calcular la trayectoria del túnel a partir de la curva inicial. El trazado es totalmente recto después de esos primeros 300 metros.
No pudo soportarlo
«Aguanté poco más de un mes barrenando. Salíamos del túnel completamente blancos, por la arenilla que se desprendía, y no nos conocían ni en casa. No quise seguir y me enviaron a limpiar cunetas y trincheras», relata Matías Sainz. La tónica general tanto en Valdeporres como en Vega de Pas era esa: los oriundos de ambos valles se negaban a trabajar en la perforación. Esa tarea quedaba para los emigrantes andaluces, extremeños y de otras regiones que venían de fuera a ganarse un sueldo y que, en los primeros años, contrajeron en masa la temible silicosis.
Los presos políticos no podían elegir. Aunque, como señala Matías, «el trabajo en el túnel era igual para los libres y para los penados», había notables diferencias. El jornal era el mismo, pero mientras que un obrero libre percibía su paga íntegra, la del reo la ingresaba la Jefatura del Servicio Nacional de Prisiones y a él sólo le daban 50 céntimos para sus gastos. Con sólo media peseta en el bolsillo, los condenados a trabajos forzados se ofrecían para labores del campo a cambio de comida en su escaso tiempo de descanso.
Trabajar fuera del túnel no eximía de todos los peligros. Raro fue el obrero que no sufrió algún accidente y Matías no es una excepción. Se quita la gorra para mostrar un hoyo en su calva. «Estábamos comiendo tranquilamente en la trinchera otro muchacho llamado Pepe y yo. El capataz pegó fuego a un barreno encima, en la cantera, y salió una nube de piedras. Echamos a correr, pero a mí se me metió una hasta los sesos. Me paralizó todo el cuerpo. Estuve tres meses en el hospital de Burgos». Otros perdieron dedos o una mano seccionados por vagones y vagonetas.
Matías dejó las obras para ir a la mili en 1944, con la mala suerte de que le destinaron a canteras y estuvo de picapedrero hasta 1946. A su regreso, la mayoría de los penados se habían ido, merced al indulto otorgado por la dictadura franquista en 1945. El jornal de este vecino de Rozas era de 9 pesetas. «Pedí al señor Uriarte que me lo subiera y me mandó a trabajar a destajo. Sacaba el doble de jornal y me lo mejoraron a 11 pesetas».
Pero aquel invierno de 1946 lo enviaron a Vega de Pas. «Allí, en Yera, no habían empezado el túnel. Estuve 25 días. Hicimos la caseta del compresor. Dormíamos en una cabaña, muy mal. De regreso a Valdeporres, pedí la cuenta y no volví hasta que me casé», relata Matías. Si para los del norte ya se hacía cuesta arriba, la vida en la Vega era especialmente difícil para los obreros llegados del sur. Manuel Pelayo, pasiego hecho al clima del valle, se alojaba en una de las cabañas que tan inhóspita le resultó a Matías y, a sus 87 años, da fe de lo duro que resultaba aquello para los andaluces. «Siempre tenían frío», dice.
A Matías Sainz le encomendaron tareas muy diversas. «Desde hoy, a la subestación eléctrica», le comunicaban de repente. «Mañana, a la explanación». Por si no había tenido bastante con la mili, estuvo en la cantera de la que se sacaba la piedra para los andenes. Pero fue en la cementera donde más tiempo pasó. La alta torre en la que se trituraba roca y se mezclaba con arena y cemento aún se yergue a la izquierda de la boca sur del túnel. Aunque más deteriorada, también sigue en pie la de Yera, a unos metros de la boca norte.
«Este jodido me va a matar»
En la caseta que coronaba la torre, Matías se deslomó. «Le dije al señor Daniel que yo solo no podía y me mandó a un gallego que no paraba de cantar, ¡y cómo cantaba! Una noche llegaron dos trenes de Mataporquera llenos de cemento y el capataz Escoda vino a las tres de la madrugada a decirme que tenía que doblar el turno. Yo le decía a mi compañero Manuel Bueno: 'Este jodido me va a matar'». Su turno habitual era de ocho de la tarde a ocho de la mañana.
Matías estuvo al servicio de las dos empresas concesionarias. Las obras del tramo Santelices-Yera del Santander-Mediterráneo se adjudicaron a Ferrocarriles y Construcciones ABC en 1941 y fueron transferidas a Portolés y Compañía en 1950, cuando sólo se habían completado 500 metros del túnel por la boca sur. «ABC trabajaba mejor. No hay más que ver cómo está el cemento que pusieron ellos y cómo está el que se hacía después. Con Portolés llegué a hacer 110 vagones de hormigón en una sola noche». Como todos los que dejaron parte de su vida en aquellas obras, Matías siente «mucha pena de que todo fuera para nada».

domingo, 22 de abril de 2012

Iñaki Pinedo nos recomienda su documental sobre la guerrilla

Hola amigos. El próximo martes 24 de Abril a las 20h en la Filmoteca de Cantabria continuamos con las proyecciones de "La Trilogía de la Memoria".  Os agradecería la difusión de este correo entre vuestros contactos que puedan estar interesados en el tema que aborda este documental. Nos vemos en la Filmoteca.
                                  Un saludo. Iñaki Pinedo.

FILMOTECA DE CANTABRIA. CINE DOCUMENTAL. TRILOGÍA DE LA MEMORIA.
 "EL HOMBRE QUE MURIÓ DOS VECES"
 
Continuando con la “Trilogía de la Memoria ”, el martes 24 de Abril a las 20h se proyecta en la Filmoteca de Cantabria el documental “El hombre que murió dos veces”, de Iñaki Pinedo y Daniel Álvarez. Tras la proyección Iñaki Pinedo mantendrá un coloquio con el público.
Este documental de investigación que narra la creación y evolución de la primera guerrilla antifranquista de la posguerra española a través del mítico maquis Manuel Girón Bazán, ejemplifica dos realidades frente a las dictaduras: La lucha por la libertad, pero sobre todo la lucha por la vida.
Aunque pareciera que en España no se movía nadie, no pasaba nada,  la lucha clandestina contra el franquismo siempre estuvo presente, en mayor o menor grado y con distintas estrategias, durante los 40 años de dictadura en todo el país y en ocasiones en los ámbitos más insospechados.
 
La zona del noroeste español comprendida entre las comarcas leonesas de El Bierzo y La Cabrera y la sierra gallega de El Eje acogió en 1942 la creación de la primera guerrilla antifranquista de la posguerra española: La Federación de Guerrillas de León-Galicia. Un buen modo de seguir su desarrollo es fijar la atención sobre el único hombre que participó de todas sus fases y cambios. Manuel Girón Bazán (1910-1951) contribuyó a su nacimiento y sólo tras su muerte se extinguieron los últimos ecos de aquella Federación. El guerrillero  berciano es además el prototipo del maquis: huido al monte para salvar la vida al estallido de la guerra civil, soldado del Ejército Republicano en Asturias, combatiente carismático durante 15 largos años y, finalmente, víctima de una refinada traición para acabar con su vida. Todos los ingredientes del mito. Los supervivientes que le conocieron nos cuentan la peripecia de su lucha y la oscura historia de su muerte.
El documental se sostiene sobre materiales de archivo y los testimonios de guerrilleros del último grupo de combate de Girón, enlaces de la guerrilla, guardias civiles que lucharon contra el maquis y la colaboración de Secundino Serrano, escritor e historiador y especialista en la guerrilla antifranquista.

miércoles, 18 de abril de 2012

Si las fosas comunes hablaran: Documental "Morir de Sueños"

Un pendiente entre 10 esqueletos

La joya hallada en una fosa permitió identificar a María Alonso, violada y fusilada en 1936

  A la izquierda, pendiente de María recuperado en la fosa común de Izagre (León) y al lado, sortija que su hermana Josefina se hizo con el otro. / CLEMENTE BERNAD

María Alonso, bañezana de 32 años, llevaba el día que la mataron un solo pendiente porque tenía una infección en la oreja izquierda. Lo que parecería el detalle insignificante de un final salvaje —fue violada y torturada antes de morir— permitió en 2008, 72 años después, que su hermana Josefina pudiera identificarla entre el amasijo de esqueletos con los que compartía fosa común en un pueblo de 200 habitantes, Izagre, en León.
Los forenses que exhumaron los restos de aquellos 10 fusilados se volvieron locos buscando el otro pendiente. Hasta que Josefina llegó a la fosa y enseñó el que faltaba. “Con el que se dejó en casa yo me había hecho una sortija que no me he quitado nunca. Ver el otro aquel día entre los huesos fue el momento de mi vida. Al encontrar el otro pendiente y sacar a mi hermana de aquella cuneta, cerré mi herida”, explica, a punto de cumplir 91 años.
A María, la tercera de siete hermanos (seis chicas y un chico), la mataron el 9 de octubre de 1936. Ese año, antes de que estallara la guerra, le había tocado la lotería. Con el dinero había invitado a su hermana a un viaje a Madrid. "Fuimos a un museo y me contó la historia de todos los cuadros. Le encantaba leer".
Un grupo de labradores había descubierto su cadáver poco después de la matanza. Tenía la cabeza rapada. Los campesinos se la cubrieron con una boina. Así se lo explicaron a los forenses que casi una vida después abrieron la fosa donde quedó enterrada.

María Alonso Ruiz, de niña

Esta historia inspiró al fotógrafo y cineasta Clemente Bernad el documental Morir de sueños, que se estrenó ayer en La Bañeza, tierra de Josefina y María, y que a partir de ahora se proyectará en los pueblos con más represaliados del franquismo. “La historia de este pendiente tiene gran fuerza simbólica, representa muchas otras”, explica. Desde 2003, recorre España fotografiando exhumaciones, un viaje con el que acaba de publicar un estremecedor libro, Desvelados.

domingo, 15 de abril de 2012

La Filmoteca proyectará 'La trilogía de la memoria' de Iñaki Pinedo

Diaro Montañés 11.04.2012- R. M. RUIZ. 
La Filmoteca de Cantabria proyectará a partir del 17 de abril 'La trilogía de la memoria' del realizador cántabro Iñaki Pinedo, tres documentales en los que se analiza de forma crítica la historia reciente de España.
El primero de ellos, 'La escuela fusilada', del año 2006, narra la depuración que sufrieron los docentes españoles durante y después de la guerra civil y se emitirá el citado martes 17, a las 20.00 horas.
Mientras, el 24 de abril, a la misma hora, se proyectará 'El hombre que murió dos veces', rodado en 2003 y en el que trata la evolución de la primera guerrilla antifranquista de la posguerra española a través del crítico Manuel Girón Bazán.
Por último, el 8 de mayo, se emitirá, también a las 20.00 horas, 'Los otros guernicas', rodado en 2010, el último de los trabajos de esta trilogía que recorre la vida del pintor santanderino Luis Quintanilla.
Los tres documentales incluyen una presentación y un coloquio con el propio Pinedo.