lunes, 22 de diciembre de 2008

Elegido por aclamación

Sí, fue un malentendido.
Gritaron "¡a las urnas!"
y él entendió "¡a las armas!"- dijo luego.
Era pundonoroso y mató mucho.
Con pistolas, con rifles, con decretos.

Cuando envainó la espada dijo, dice:
la democracia es lo perfecto.
El público aplaudió. Sólo callaron,
impasibles, los muertos.

El deseo popular será cumplido.
A partir de esta hora soy - silencio -
el Jefe, si queréis. Los disconformes
que levanten el dedo.

Inmóvil mayoría de cadáveres
le dio el mando total del cementerio.


Ángel González

jueves, 18 de diciembre de 2008

Un días lluvioso sin Franco.



Un día lluvioso, como hoy, los obreros pusieron en marcha sus martillos neumáticos, ajustaron las cadenas y se llevaron por los aires la estatua del caudillo del centro de Santander. Este sueño, que inundó las noches de muchos represaliados, exililados, encarcelados, humillados por su gracia, se ha cumplido hoy 18 de diciembre de 2008. Antes de que dieran las nueve y media de la mañana, cuando aún la luz del día dudaba si brillar, se pusieron en marcha los obreros. Subieron a los andamios, tendieron sobre el caballo las cinchas y las cadenas que le debían librar del peso de la historia que soportaba.

La mañana fue larga, tuvieron que emplearse a fondo con los martillos neumáticos, y la radial para arrancar las raíces que el generalísimo había echado en la plaza. La gente se concentró para despedir, en una mañana de nubes y gotas, de frío y emoción, los malos sueños que embargaron a sus abuelos, a sus padres, a sus hermanos o quizás a ellos mismos.

Podríamos decir que es fin de un símbolo en la ciudad de Santander, sin embargo todavía quedan decenas de calles dedicadas a los generales victoriosos, a las batallas heroicas, a la falange y no se cuantos personajes oscuros, que llenaron de luto muchas familias. Podríamos decir que es el inicio del camino que nos lleve a desterrar los símbolos de la dictadura de nuestro mapa mental; pero no sé cómo interpretar que tras anunciar la retirada de la estatua de Franco, a quinientos metros, se haya inaugurado una enorme bandera, a modo de baluarte, de compensación, de aviso...

Hoy Santander está libre de él, del que representó la dictadura, la pérdida de las libertades, del miedo, de un tiempo triste...

Y yo, Valentín Andrés esto firmo en Santander, a 18 de julio de 2008

El último día de la Estatua de Franco en Santander.














































































































miércoles, 17 de diciembre de 2008

Presentación en Torrelavega.

Ayer se celebró en la casa de cultura de Torrelavega la presentación del libro "Del mito a la historia. Guerrilleros, maquis y huidos en los montes de Cantabria. Al acto acudieron unas cien personas. A las que desde aquí agradezco su presencia y el interés mostrado en el debate. El éxito del acto se debe a la colaboración de Floren, Jose Manuel y Mariano, que además de mostrar su cariño, como siempre hicieron muestra de su buen hacer.
Un saludo a todos.





lunes, 15 de diciembre de 2008

RETRATO DE MI PADRE, MILITANTE COMUNISTA

En las tardes de invierno
cuando un sol equivocado busca a tientas
los aromos de primaveras perdidas,
va mi padre en su Dodge 30
por los caminos ripiados de la Frontera
hacia aldeas que parecen guijarros o perdices echadas.

O llega a través de barriales
a las reducciones de sus amigos mapuches
cuyas tierras se achican día a día,
para hablarles del tiempo en que la tierra
se multiplicará como los panes y los peces
y será de verdad para todos.

Desde hace treinta años
grita “Viva la Reforma Agraria”
o canta “La Internacional”
con su voz desafinada
en planicies barridas por el puelche,
en sindicatos o locales clandestinos,
rodeado de campesinos y obreros,
maestros primarios y estudiantes,
apenas un puñado de semillas
para que crezcan los árboles de mundos nuevos.

Honrado como una manta de Castilla
lo recuerdo defendiendo al Partido y a la Revolución
sin esperar ninguna recompensa
así como Eddie Polo –su héroe de infancia-
luchaba por Perla White.

Porque su esperanza ha sido hermosa
como ciruelos florecidos para siempre
a orillas de un camino,
pido que llegue a vivir en el tiempo
que siempre ha esperado,
cuando las calles cambien de nombre
y se llamen Luís Emilio Recabarren o Elías Lafertte
(a quien conoció una lluviosa mañana de 1931 en Temuco,
cuando al Partido sólo entraban los héroes).

Que pueda cuidar siempre
los patos y las gallinas,
y vea crecer los manzanos
que ha destinado a sus nietos.

Que siga por muchos años
cantando la Marsellesa el 14 de julio
en homenaje a sus padres que llegaron de Burdeos.

Que sus días lleguen a ser tranquilos
como una laguna cuando no hay viento
y se pueda reunir siempre con sus amigos
de cuyas bromas se ríe más que nadie,
a jugar tejo, y comer asado al palo
en el silencio interminable de los campos.

En las tardes de invierno
cuando un sol convaleciente
se asoma entre el humo de la ciudad
veo a mi padre que va por los caminos ripiados de la Frontera
a hablar de la Revolución y el paraíso sobre la tierra
en pueblos que parecen guijarros o perdices echadas.



Jorge Teillier
Chile. 1935-1996

VALENTÍN ANDRÉS GÓMEZ. Historiador y autor del libro ‘Del Mito a la historia. Guerrilleros, maquis y huidos en los montes de Cantabria’

2 DOMINGO Diario Montañés, 19 de octubre de 2008

«Acabada la Guerra hubo gente que no pudo volver a su pueblo»
Para el autor de un profundo estudio de la guerrilla Hasta el año 1957 hay mucho de mito ya que «hubo personajes tanto o más importantes que El Cariñoso, Juanín o Bedoya»
JOSÉ LUIS PÉREZ

«Cogí una escopeta, los cartuchos por si me hiciera falta utilizarlos. Me puse los cinturones y escapé a las cabañas. De derechas siempre hay algún cabrón conocido. Pero la gente de aquí, por ejemplo la del bar, es de derechas y daba la sangre por mí. Sabía que la mayoría de ellos me ayudarían en vez de perjudicarme. –‘Yo conozco el terreno, conozco las montañas, he nacido entre ellas y aquí se van a ver mal para pescarme a mí’. El único que salvó la vida (de los del Frente Popular de Arredondo) creo que fui yo. ¿Y por qué la salve? No porque me indultaran. Luego fui un santo, pero si en ese momento nazco cien veces, cien veces me matan. Pero a mi me daba muy mal olfato el fascismo». Testimonio de Daniel Peral, en la página 22 del libro. Peral estuvo en el monte entre agosto de 1937 y junio de 1940, fecha en la que se entregó.
Es éste uno de los aproximadamente sesenta testimonios recogidos fundamentalmente a mediados de la década de los noventa por el historiador santanderino Valentín Andrés Gómez y que le han permitido armar un libro que ofrece una visión diferente y muy documentada de lo que hasta ahora conocíamos de los maquis, los guerrilleros o los huidos al monte en la etapa final de la Guerra Civil o en los primeros años del Franquismo. La obra, editada por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria, representa una amena e interesante aproximación a una etapa de la historia de Cantabria y a un fenómeno que, como resume muy bien su título, tiene mucho de mito. Una ardua labor de recogida de datos permitió a Valentín Andrés tomar contacto con numerosos protagonistas que vivieron durante una etapa de su vida en el monte, fundamentalmente por razones de carácter ideológico: eran los perdedores de la Guerra. Superados los recelos y transcurridos los años, los supervivientes, muchos de ellos ya fallecidos, «se confesaron» y facilitaron al autor la elaboración de este trabajo, un buen ejemplo de una historia oral que apenas ha tenido continuidad en la historiografía de la región.

– ¿Cómo nace este trabajo?
– Siempre me interesó la historia social a partir de las fuentes orales. No se trata de una investigación con fines académicos, es un trabajo personal, fruto de una inquietud..., con el objetivo de atender a unos movimientos sociales tradicionalmente olvidada por las tendencias historiográficas imperantes. La historia social es la gran olvidada de la historia regional.

– ¿Dónde nace el libro?
– A partir del conocimiento de Marcos Campillo surge la posibilidad de acceder a una serie de personajes, gente de a pie en muchos casos, que participaron en la Guerra Civil y que se vieron abocados a un protagonismo para el que no estaban preparados.

– ¿Cuánto tiempo ha invertido?
– Empecé el 1995 y la mayoría de las entrevistas son de ese año. Pero ha sido posible gracias al tiempo libre que me han dejado las circunstancias personales y familiares. Ha llevado su tiempo, pero esto tiene una ventaja, ya que te permite madurar y hacer un análisis más tranquilo. Es un trabajo muy posado.

– ¿Cómo fue posible conseguir tantos testimonios?
– La técnica es sencilla, es lo que se denomina la ‘bola de nieve’. Yo conocí a Marcos Campillo, que estaba en Francia, y a gente que había tenido relación con este fenómeno. A partir de ahí, unos te abrían otras puertas, pero siempre era imprescindible ir de la mano de alguien de confianza. Todavía había dosis de desconfianza y recelo. Hubo quienes se negaron a hablar del tema y otros que sí hablaron, pero sin que la charla fuese grabada. Te das cuenta que la historia está viva.

– ¿La Transición dejó heridas?
– Con el pacto de silencio y con esta teoría del mito fundacional de la Democracia que requería el ‘borrón y cuenta nueva’ hubo mucha gente se había echado al monte, resistiendo y sobreviviendo, a la que nadie

domingo, 14 de diciembre de 2008

Antonio Ruiz hidalgo. Los caminos del exilio: historia de un militante.

El artículo de Valentín Andrés Gómez, del que hacemos referencia, fue publicado el 2001 en el libro "Sesenta años después. El exilio republicano en Cantabria". Editado por el Centro Asociado de la UNED en Cantabria, Santander. Recogela vida de Antonio Ruiz-Hidalgo Fernández, que es la de un militante de izquierdas. Nació el 20 de diciembre de 1911 en Santander. Con 19 años ingresó en las Juventudes Socialistas, de cuya dirección formó parte desde su incorporación. Participó en las elecciones municipales de abril de 1931 que desencadenaron la llegada de la República. Durante el Bienio Negro fue detenido por editar un periódico clandestino, por lo cual fue desterrado de Santander, a donde regresó tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936. Durante la Guerra Civil llegó a ser Capitán de la Compañía de Costa en el Palacio de la Magdalena y Secretario General de las Juventudes Socia­listas Unificadas (JSU). Formó parte del Frente Popular como represen­tante de la JSU y del Tribunal Popular. Caída Santander en manos de los subleva­dos, se desplazó a Valencia para seguir colaborando con su organiza­ción. Tras la definitiva derrota del bando republicano comenzó un largo exilio por Francia, República Dominicana, Cuba y por último México, donde aún hoy reside.

Para acceder al artículo: (pulsa aquí)

sábado, 13 de diciembre de 2008

Presentación en la Librería Gil

El día 12 de diciembre se presentó el libro "Del mito a la historia. Guerrrilleros, maquis y huidos en los montes de Cantabria" en Santander . El acto se celebró en la Librería Gil de la plaza Pombo ante unas sesenta personas. Entre ellas Joaquín Recio, que en durante el coloquio compartió con los asistentes su testimonio. Nos relató el secuestro de su madre, Gabriela Quintana, la noche de San Juan de 1940 por "El Cariñoso", "El Ferroviario", y "El Catalán".